¿Qué sabe la ciencia sobre la misteriosa centella?

Los rayos en forma de bola son uno de esos fenómenos que podrían inventarse muy fácilmente. Una esfera luminosa flotante de plasma que a veces puede explotar sin una explicación clara, a menudo vista como un evento maravilloso y maravillosamente espeluznante y en otras descripciones como un tremendo presagio que deja muerte y destrucción a su paso. Además, las explosiones dejaron tras de sí un olor a azufre.

¿No parece una especie de creación de fantasía o ciencia ficción? Pero el consenso es que estos rayos son muy reales, aunque extremadamente raros. Lo que es más molesto es que no está exactamente claro cómo se forman.

El fenómeno en sí está asociado con tormentas eléctricas similares pero sin ninguna relación con otro fenómeno peculiar conocido como el Fuego de San Telmo. Se han creado bolas de plasma en el laboratorio de múltiples maneras, lo que ha fortalecido el caso de la existencia de estos eventos cuando lo único que teníamos eran relatos de testigos. Pero no hay razón para suponer que cualquier mecanismo descubierto en el laboratorio sea el que ocurre en la naturaleza.

La mejor explicación, así como la mejor observación científica, proviene de un artículo de hace casi una década. Investigadores de la Universidad Normal del Noroeste en Lanzhou, China, habían instalado una cámara y un espectrómetro para estudiar los rayos y su composición en la meseta de Qinghai. La región tiene relámpagos frecuentes y en julio de 2012, se vio un rayo dejando atrás una esfera flotante, que puedes ver en este video aquí.

Ese es un ejemplo de centella. El vídeo grabado es a 900 metros (2953 pies) de distancia y muestra un resplandor de unos cinco metros (16,4 pies). Se espera que la centella real sea más pequeña que eso. Además de ver el evento en cámara a pesar de la distancia, lo interesante es el espectrómetro. El instrumento analizó la composición química de los objetos luminosos y los investigadores pudieron determinar que la bola contenía silicio, hierro y calcio.

Estos son elementos abundantes en el suelo, lo que sugiere que los rayos en forma de bola son el resultado de rayos regulares que golpean el suelo y lo vaporizan. El vapor de silicio interactúa con el oxígeno del aire, generando calor y brillo. Este escenario es consistente con una posible hipótesis sobre cómo se pueden formar los rayos en forma de bola. Pero existen otras hipótesis, y quizás haya más de una forma de fabricar este tipo de rayos.

Los investigadores no pudieron ver a qué distancia del suelo estaba la centella, pero flotó unos 10 metros (32,8 pies) horizontalmente antes de ascender unos 3 metros (9,8 pies). En general, es muy difícil observar el fenómeno a menos que estés muy cerca. Y estar cerca es arriesgado, con varios reportes históricos de heridos e incluso muertos.

“Los testigos suelen decir que el brillo de las centellas es comparable al de una lámpara de 100 W. En condiciones de luz diurna, sería difícil verlo desde una gran distancia. A menudo se informa que está bastante cerca del suelo, por lo que las obstrucciones también limitarían la distancia a la que podría observarse en un entorno urbano”, dijo a IFLScience Mark Stenhoff, quien escribió un libro sobre el fenómeno de Ball Lightning en 1999.

Aún quedan muchas incógnitas en torno a este misterioso fenómeno. Las posibilidades siguen flotando, como una bola de luz antes de disiparse.

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